La hermana de mi mujer es una mujer de apariencia sencilla, supuestamente dedicada por completo a su familia, en todo caso, una mujer que a primera vista categorizé como aburrida y frígida. Pero con el pasar de los años, comenzé a notar que la aburrida mujer tenía debajo de ese caparazón una flama que ardía con el pasar del tiempo, una que parecía incrementar con cada mes que transcurría, y las atenciones de su marido disminuían, algo que parecía estar casi en sincronía con el apetito sexual de mi propia mujer, ambos sospechábamos qué es lo que sucedía, pero en vez de sufrir por la posibilidad del engaño, decidimos que pagarles con la misma moneda no era tan malo.
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