Ella ha escuchado historias de su mamá, sobre la gran polla con la que su abuelo contaba. Cómo esa polla solía golpear su coño día y noche cuando alcanzó su adolescencia, una polla que por motivos de sociedad, tuvo que dejár atrás al conocer a su padre en la universidad. Por años, ella a estado curiosa, intrigada e interesada en descubrir si las historias que su mamá suele contar cuando se pasaba de bebidas, tenían algo de realidad en ellas. Para su más grata sorpresa, no solo resulta real, sino que a pesar de su avanzada edad, su abuelo está más que dispuesto a darle una buena cogida.
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